¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?
Este gobierno no ha parado en siete años de proclamar la sólida relación entre los dos partidos socios de la coalición, PSOE y PAR, insistiendo que el amor es posible a pesar de las diferencias. Con el latiguillo de la estabilidad, Marcelino nos ha insistido en que no se trataba de una aventura pasajera, sino una relación estable con tendencia al infinito. Sin embargo existen enfrentamientos importantes que se quedan entre bambalinas y no han salido a la luz pública. Uno de ellos es el que existe entre los Departamentos de Agricultura y Alimentación, que dirige Gonzalo Arguilé, del PSOE, y el Departamento de Medioambiente, cuyo Consejero es Alfredo Boné, del PAR.
Ambas comparten ámbito de actuación, el medio rural, que tiene una gran dependencia de las ayudas públicas e incluso de las contrataciones que gestionan ambos departamentos, con procesos de selección cada vez más discrecionales. No ha sido casual que cada uno de los dos, en los últimos años, hayan creado empresas públicas e institutos como SIRASA, INAGA o SODEMASA que se extienden como una red por todo el territorio. En muchas ocasiones estas contrataciones van dirigidas a contar con comisarios políticos de un partido u otro en las comarcas. Por tanto lo que subyace más que diferencias ideológicas, es una auténtica batalla para conseguir el voto rural, además de fuertes personalismos.
Mientras que en las conversaciones privadas son constantes las puyas entre personal de confianza de ambos departamentos, se pone mucho cuidado en que las diferencias no trasciendan públicamente. En las Cortes solamente se ha escenificado este enfrentamiento en un pleno reciente en el que el PP realizó la misma pregunta oral a los dos consejeros, sobre la reintroducción del oso en el Pirineo. Más allá de la relativa importancia de la cuestión, se visualizó la tirante relación que mantienen ambos consejeros. Sin embargo en el tema hidráulico, que si es una piedra angular de la política aragonesa, Arguilé ha dejado entrever su malestar por haber sido ninguneado en la negociación política y, aunque sutilmente, ha dejado claro en los medios que no le ha gustado nada como ha lllevado las gestiones Boné.
Así que ahora que acaba la legislatura y la relación empieza a enfriarse, con el PAR una vez más revoloteando entre el PSOE y el PP, quizás en la intimidad lleguen a reconocerse que más que amor se trataba de sexo, aunque como dijo Woody Allen "el sexo sin amor es una experiencia vacía, pero como experiencia vacía es una de las mejores".
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